Hay quien podría pensar que el acoso laboral sólo se da en la empresa privada porque la competitividad puede llegar a ser muy superior a la que se vive, por ejemplo, en la administración pública. Seguramente sea así pero también hay excepciones.
Juan Álvaro Benavente, un funcionario fijo laboral del Ayuntamiento de Berja, tras un cambio en el equipo de gobierno municipal, ha sido víctima de mobbing. La Justicia le da la razón y obliga a la institución a readmitirlo.
Todo parece haber salido bien en este caso, pero no es así: El ayuntamiento ha recurrido y, como consecuencia de este recurso, no se ha podido ejecutar la sentencia.
Llegados a este punto Juan Álvaro Benavente (la víctima, no lo olvidemos) lleva varios meses sin ingresos y sin poder trabajar. Además no se descarta que puedan pasar prácticamente dos años hasta que se resuelva su caso.
Hubiera estado bien en un caso como este pero no todas las historias tienen un final felíz a la primera. Imperdonable.