El acoso laboral en las aulas.

El acoso laboral no siempre es ejercido por los jefes. De hecho no son pocas las profesiones dónde este tipo de maltrato puede llegar desde diferentes frentes: una de ellas es la docencia.

Las denuncian de mobbing hechas por los profesores no siempre llega de la mano de los directores de los centros, de hecho son más frecuentes las presiones abusivas por parte de los  alumnos, incluso de las familias de estos.

Estos son sólo algunos datos extraídos del Informe del Defensor del Profesor 2009-2010 del sindicato ANPE.

Acosado un conserje de Lebrija.

C.G.R. no es la última víctima de acoso laboral pero si es una de las que más recientemente se ha visto apoyada no sólo por los que conocen su caso de cerca; también está de su parte el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

Según la sentencia, tras el mobbing podía haber una enemistad manifiesta entre el sindicado CCOO (al que  el trabajador acosado estaba afiliado) y el consistorio municipal de Lebrija que le tenía contratado desde 2003.

Bochornoso: una vez más las revanchas o posibles deudas se intentan zanjar con el más débil.

El acoso laboral llega a la Audiencia Nacional.

El acosador laboral, como en otros tipos de maltrato, está en todos los sectores laborales y estamentos sociales.

El día 3 de noviembre, una noticia publicada en el diaro El País, así lo demostraba «El Mobbing llega a la Audiencia Nacional».

Nada nuevo: las mimas armas, el mismo proceso, los mismos síntomas, pero ahora la demostración de que nadie está exento de ser víctima ni verdugo.

El magistrado Manuel Arce, además de acumular 500 causas si resolver, es el acusado de haber practicado acoso laboral contra sus empleados. Esperemos que personas como él queden definitamente al margen de manejar cualquier equipo humano de trabajo.

Con una basta.

Se ha creado un nuevo documento con el que la Generalitat de Catalunya simplifica el protocolo de intervención en los casos de acoso.

Esta guía titulada «Guia per al tractament i la prevenció de l’assetjament psicològic» reduce a un único procedimiento la intervención en todas las situaciones de acoso laboral (psicológico o con componente sexual).

Uno de los aspectos que me parecen más positivos es que se refuerza la prevención para no tener que llegar a la intervención.

Os recomiendo su lectura.

El mobbing dejará de ser “putear” para llamarse delito.

El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar mañana viernes la tramitación parlamentaria de la última reforma del Código Penal.

En este texto se regulaba por primera vez la responsabilidad penal de las personas jurídicas o la consideración de conductas punibles en los delitos de torturas y contra la integridad moral, y se introduce la conducta de acoso laboral que humille al que los sufre.

Enhorabuena a todos los que habéis luchado con vuestras vivencias personales como armas para lograr que esto suceda.

Es una buena noticia, dentro de poco el acosador será considerado un delincuente.

Acoso laboral en el ayuntamiento.

Hay quien podría pensar que el acoso laboral sólo se da en la empresa privada porque la competitividad puede llegar a ser muy superior a la que se vive, por ejemplo, en la administración pública. Seguramente sea así pero también hay excepciones.

Juan Álvaro Benavente, un funcionario fijo laboral del Ayuntamiento de Berja, tras un cambio en el equipo de gobierno municipal, ha sido víctima de mobbing. La Justicia le da la razón y  obliga a la institución a readmitirlo.

Berja "Un vegel al alcance de tus manos" (dice su ayuntamiento)

Todo parece haber salido bien en este caso, pero no es así: El ayuntamiento ha recurrido y, como consecuencia de este recurso, no se ha podido ejecutar la sentencia.

Llegados a este punto Juan Álvaro Benavente (la víctima, no lo olvidemos) lleva varios meses sin ingresos y sin poder trabajar. Además no se descarta que puedan pasar prácticamente dos años hasta que se resuelva su caso.

Hubiera estado bien en un caso como este pero no todas las historias tienen un final felíz a la primera. Imperdonable.

Cartas al director.

El sábado 12 de septiembre El Periódico ha publicado una carta reveladora  de una lectora. En ella, una víctima de acoso, llama a reflexionar sobre la respuesta que la sociedad da en defensa de las víctimas de acoso.

Esta misma semana he escrito un post sobre la Guía Práctica Sobre Mobbing creada por el sindicato UGT con el fin de informar y formas a sus enlaces sindicales especialistas en riesgos laborales. Es evidente que políticos, sindicatos y la sociedad en general cada vez son más sensibles a las consecuencias del mobbing: felizmente ya no se habla de “el arte que tienen  para putear” determinadas personas. Hoy día hay conciencia social sobre estas malas prácticas que se entienden cómo detestables y denunciables.

Aún así, sólo hemos iniciado el camino y el trecho es largo, a juzgar por lo contado por Josefa Gómez en El Periódico.

¿Se reacciona a tiempo?, ¿se utilizan todas las herramientas disponibles para proteger a la víctima de acoso y advertir, sin fisuras, al acosador?. Quizás no.

El cibermobbing.

Las nuevas tecnologías nos ayudan a agilizar la realización de muchas tareas cotidianas, a la vez que han supuesto una autentica revolución a la hora de abordar nuestras agendas laborales y para las relaciones interpersonales.

Evidentemente son numerosas las aplicaciones positivas que tienen esas nuevas tecnologías pero también son una eficaz herramienta para los que quieren apoyarse en ellas para otros fines.

Actualmente casi todo lo que se puede hacer en la vida física puede realizarse en el plano cibernético: lo único que queda excluido son las prácticas que precisan inevitablemente de esa presencia física. El sexo y el cibersexo, el delito y el ciberdelito, el banco y el banco on-line…todo tiene su versión digital,todo está en la red.

Si para maltratar físicamente a una persona es preciso el contacto con esa persona; para maltratarla psicológicamente es suficiente un ordenador.

Hace unos días conocíamos la primera condena por Cibermobbing en el Reino Unido. ¿Un snobismo?, no, una realidad.

Son lentejas, o las tomas o las dejas.

Lo apunté hace unos días en este mismo blog: la recesión económica está haciéndole un flaco favor a los derechos de los trabajadores, y no me refiero a privilegios excepcionales como puntuales pagos en especies, hablo de derechos fundamentales recogidos en el Estatuto de los Trabajadores.

“Son lentejas: o las tomas o las dejas”: a veces el empresario  explicita la idea, en ocasiones el trabajador la intuye. La conclusión es que la tensión se percibe en el transcurrir cotidiano de cualquier empresa. Una situación que, vivida de forma sostenida en el tiempo, es capaz de desgastar psicológicamente al más entero de los mortales.

Sobre este particular hoy he leído en La Tribuna de Ciuda Real un interesante artículo titulado “Crisis Neviosa” donde el presidente de la Plataforma de Castilla-La Mancha contra los Riesgos Psicosociales y la Discriminación Laboral (Riscam), Benito Yañez, expone la fragilidad del panorama laboral (lo que llamé en un post hace unos días “vulnerabilidad laboral”). Espero que sea de vuestro interés.

Quiero que te largues pero no voy a echarte.

Wesley Sneijder

Quiero que te largues pero no voy a echarte: Este debe de ser el pensamiento del acosador laboral cuando comienza a andar la senda del maltrato en el lugar del trabajo.

Una nueva muestra de que cualquiera puede ser objeto de esta forma de violencia psicológica es el jugador del Real Madrid, Wesley Sneijder.

Casi da apuro comparar el caso de este señor (quien se niega a marcharse al Inter de Milán por 15 millones de euros) con el de un asalariado mileurista pero, cómo dice Dalai Lama “lo que es, es” y a mi se nos hace difícil excluir y juzgar.